jueves, 17 de diciembre de 2009

viernes, 27 de noviembre de 2009

Valentín Elizalde, tres años y sigue la mata dando



Valentín

la muerte andaba a caballo
le gustaba cabalgar
en eso se encuentra a un gallo
que le gustaba cantar
tú te me haces conocido
ya te empiezo a recordar
cántate esa de
ay cómo me duele
que te saquen a bailar


me llevaste pronto flaca
sobre una alfombra de flores
ni llorar, ya para qué
no soy gente de rencores
si llorando vine al mundo
mejor cantando me iré
soy así
así nací
y así me moriré

jueves, 12 de febrero de 2009

epifanía



acabo de darme cuenta
quiero ser el Valentin Elizalde de la literatura

viernes, 13 de junio de 2008

Para llevar, o para leer aquí





Estamos de fiesta.

Por eso los globos y serpentinas, los botes de aluminio a modo de maracas, las botas de avestruz recién boleadas (con jabón de calabaza, lógicamente), por eso hoy no estamos pidiendo cooperación, es más, permítanos pagar su boleto, permítame, señor conductor, regalarle una coca y unos duritos con chile.

Señores pasajeros, no se distraigan, la función empezó hace 20 años, y promete continuar.

Insistimos: estamos de fiesta.

Llamarse Eduardo y que te digan Lalo, no tiene nada de particular. Pero Apellidarse Quimixto Chacala, entonces sí aguas, la cosa cambia y atrás de la raya que estoy trabajando.

No sé puede salir a las calles de Vallarta sin toparse con Lalo en persona o cualquiera de sus muchas personas. Porque a Lalo todos lo conocen, y los que no, se hacen. Con 20 años de siembra es imposible no cosechar. A Lalo lo saluda el opisí, la señora que vende bonais afuera de Woolhort, los que dirigen estaciones de radio y suplementos para adulto joven contemporáneo, los emos del Parque Hidalgo, la gente a pie, de a carro y de a caballo. En Guadalajara, quizá sin saberlo, una compañía gasera invade todos los días el espacio aéreo tapatío, con un jingle que a muchos nos suena quimixtiano. Zeta Zeta Zeta Gas (el gaaaaaaaaaaaaaaaaasss).

Como ya se dijo arriba, perdonen que insista, pero es que estamos muy contentos, y cómo no estarlo. Que cada quién se dedique a lo suyo, que cada quien tome el camión que lo lleve (o lo aleje) a su destino. Que chingue a su madre la gramática, que se mueran los feos, recórranse por favor, atrás hay lugar, que los que quieran oír oigan, porque, damas y caballeros, llega, hasta la comodidad de su asiento, una vez más, el señor poeta, Lalo Quimixto Chacala (- aquí van los aplausos-)



Puerto Vallarta Jalisco, junio de 2008

viernes, 3 de agosto de 2007

oaxaca. siete poetas



La manera de ver la poesía y por lo tanto a los poetas como fabricantes y artesanos de la misma, ha sido una señal característica de cada época.

Tenemos así desde Platón que expulsa de su República a estos seres que hacen juegos y pirotecnia con la palabra, hasta otros tiempos donde la poesía y los poetas eran asumidos como objetos decorativos de la vida cortesana, embellecedores de lo que ya era bello. Llega la revolución industrial y entonces al poeta se le exige que ponga su dotación de músculo para el progreso. Y más recientemente, aparece Nicanor Parra, Alejandro Jodorowsky y otros más, para decirnos que la poesía no será más un objeto de lujo sino de primera necesidad y que, a la mancuerna de coma frutas y verduras, habría que agregarle lea poesía.

A esta última premisa atiende OAXACA. SIETE POETAS (O7P) ., una refrescante publicación aparecida bajo el sello de Almadia y LunaZeta. en 2006.

Es O7P un libro para colocarse más que en un librero, en la alacena o el refrigerador , porque es apto para consumo humano, con una atractiva presentación, y lo mejor de todo, sin fecha de caducidad. Es un compilado de siete poetas jóvenes, de carne y hueso, que además de estar vivos lo son, que se muestran humildes, sabedores de que conocen su negocio y no lo piensan dos veces para montar el caballo epiléptico en que la poesía suele transmutar.

Son siete voces que tienen en común la originalidad, un discurso propio y contundente. Si son 7 como los pecados capitales, los días de la semana o las veces que un gallo canta en una hora, no lo sé, pero no son 6, ni 8, son siete .

Abre el concierto Alonso Aguilar (1979, El Chito para los compas) mostrando su capacidad de síntesis que podría atrapar una mosca en pleno vuelo. Nos invita generoso a conocer su mundo en Piso 3: Debíamos subir 72 escalones/para llegar a nuestro paraíso/-que también era un infierno-/una cocina sin estufa ni refrigerador/el cuarto de los sueños locos/el balcón donde hacíamos el amor/y una recámara para arrullar al océano.

Le sigue Luis Manuel Amador (1975), sacando cual mago de su chistera una abundancia de temas muy bien logrados en poco espacio, Por ejemplo:…las alas que te regalo sin que sospeches/la incestuosa renovada relación entre ciertas palabras/ Tú por ejemplo/ y todo todo aquello que no me pertenece.

A Guadalupe Ángela (1969) no se le escapa un solo detalle de lo que observa, con los ojos de su carpa: En el pozo, vive la carpa/no hay espacio ni horizonte/sólo caída y oscuridad... la carpa dibuja/el círculo mil/de su existencia.

Es probable que Gerardo Escalante(1967) escriba con una Polaroid , con la cual retrata un Encuentro con el reflejo de una piscina: La cercanía de una chica pone a hervir la sangre de un hombre:/el prototipo de la madurez y la autosuficiencia,…/cuando el cazador lo cree oportuno se lanza al ataque dividiendo al grupo, / pero ella le dice a su amiga: / vámonos que ahí viene el viejo.

Los poemas que aporta Omar Fabián (1978) hablan de un aprecio genuino por el sujeto-objeto que escoge para describir y ampliar, tal como lo hace con su Cazaguate: Desde la puerta de mi casa / hojas largas son mis ojos /que lo miran con terror. / Para él no soy más / que un hombre que viene, / lo acaricia y calla.

Abraham Nahón (1974) es, como aforista, breve y certero por definición. A continuación una de sus Señales: La atmósfera / se enrarece cada día más, / y sólo en tu cuerpo / percibo el paso de las estaciones.

Cierra la función Efraín Velasco (1977) con su látigo de domador, amigo de las palabras fieras , a las que hace rugir y decir más de lo que ellas sabían que sabían. Rojecemos / hilvanados o narajamos / desprendidos y agitados inflamada mía, / quiquirikikí de azúcar en carne viva / yo te floro / y otros excesos..


Muchas cosas pasaron durante 2006 en Oaxaca. Algunas para olvidar y otras, como OAXACA. SIETE POETAS, para leer, disfrutar y recordar.